Es julio y las banderillas de Canarias ya se alzan colgadas en las farolas. Los kioscos se montan y se empieza a jugar al envite en la plaza. La Virgen del Carmen está más guapa y enramada que nunca y me es imposible no pensar en todos ellos. En todos aquellos pescadores, quienes han formado parte de mi familia y quienes no. Ellos, los que piden a la Virgen no llegar con las manos vacías cada noche que salen del puerto. Luego las recuerdo a ellas. Ellas, las que gritaban pescaito fresco puerta a puerta, las que lo venden. Ellos en alta mar. Ellas en la costa. Pero… ¿Y si el cuento cambia? ¿Y si este año tras el ¡Viva la Virgen del Carmen! se escucha: ¡Vivan los pescadores y las pescadoras!? ¿Y si se derriba esa realidad segregada en la pesca? ¿Y si leemos sobre una mujer embarcada en la mar? Desde mi absoluta ignorancia esos “y si…” se me antojaban imposibles hasta que un día leí una noticia sobre Carmen Soto Barrera. Una mujer pescadora que con 33 años ya es patrona de su propio barco y se dedica íntegramente a la pesca, reivindicando activamente el papel de la mujer en este sector.
Carmen Soto Barrera y su camino hacia la mar
Fue cuando trabajaba como hostelera para pagarse sus estudios cuando conoció a su primer jefe y patrón de barco y, a su vez, su verdadera pasión: la mar. Desde ese momento decidió dejarlo todo y apostar por esta profesión. Algo que si le hubiesen preguntado años atrás, nunca se lo hubiera podido imaginar.
En la isla de la Gomera dio sus primeros pasos en el sector creando y arreglando aparejos de pesca y limpiando y vendiendo las capturas. Sin embargo, no fue hasta que llegó de vuelta a Tenerife cuando desarrolló por fin sus estudios como marinera y patrona. No dejó de formarse ni un momento para crecer como profesional y ganarse un hueco en esta industria tan dura, así como el respeto en un trabajo tan masculinizado como lo es la pesca profesional.
Embarcada y sin marcha atrás
Es un hecho que el trabajo en la mar no es una tarea fácil, así como tampoco aporta una estabilidad financiera plena. Como bien ha recalcado en varias ocasiones Carmen Soto Barrera, la mar hay que conocerla y aprender de ella diariamente y sin duda hay que pelearla. Cobras según lo que ella te dé. Si llegas con las manos vacías no hay dinero, por lo que no es un trabajo al que sin vocación y aguante se dedique alguien con facilidad.
Por su parte, y casi sin esperarlo por casualidad, la mar acabó despertando en Carmen un interés y una pasión como ninguna otra cosa que hubiese hecho antes. Esto le hizo meterse de cabeza en este oficio. A día de hoy, Carmen Soto es patrona del Punta Güímar, un barco artesanal con amarre en Tenerife y se dedica a la pesca de manera íntegra.
No obstante, no es un trabajo que únicamente se pueda considerar duro por sus condiciones laborales o los factores naturales con los que se juega. La masculinización y la brecha de género en el sector de la pesca es un añadido más que de peso a tener en cuenta. Unos factores que por desgracia Carmen -al igual que las mujeres que resisten y persisten en esta industria- tiene que hacer frente a diario.
Con esto podemos advertir que los inicios de Carmen Soto en el mundo pesquero no fueron ni de lejos fáciles. Sin embargo, desde que comenzó en el sector con sus botas de agua color violeta, ha plantado cara y combatido contra esa masculinización y la precaria presencia de las mujeres dentro de los barcos.
La masculinización y la brecha de género en el sector de la pesca
Estos datos reflejan una realidad más que tangible de la pesca, algo que en Canarias parece hacerse notar mucho más si cabe. Y es que, mismamente la propia Carmen Soto en una entrevista para el medio Atlántico Hoy (2019) expresaba cómo la escasa presencia femenina a bordo y en lo relativo al mando en Canarias difiere bastante del resto de territorios del Estado como pudo comprobar en la Conferencia Internacional de Mujeres de la Pesca.
Soto ha denunciado y sigue denunciando esta situación activamente en su día a día en las redes y en su labor divulgativa. Ella misma explica sobre cómo por el simple hecho de ser mujer se expone a multitud de prejuicios, actitudes absolutamente machistas o situaciones incómodas en su trabajo. Ante esto, Carmen sentencia que “nosotras tenemos que demostrar que valemos, que nos merecemos ese puesto y siempre vamos a tener que demostrar más, eso es así”, subrayando que “hay que tener mucha actitud” (C. Soto, comunicación personal, 2022).
Esta desigualdad, invisibilización, malestar y violencias simbólicas son puestas encima de la mesa por mujeres como ella. Ante todo esto, Carmen confía en la divulgación como una herramienta clave para combatir la barrera estereotípica de género que define a este sector. Todo ello con la finalidad última de educar y enseñar que las niñas también pueden y deben aspirar a puestos de trabajo como lo es este, así como mostrar las puertas a un mundo de posibilidades en este oficio.
La formación y la divulgación como promotor del cambio generacional
Por propia voluntad e ilusión, Carmen Soto dedica parte de su tiempo libre en la actualidad a la divulgación de su trabajo: “En los ratos que mi actividad laboral me lo permite, siempre estoy dispuesta a mostrar, a grandes y niños, lo bueno y lo malo de un oficio tradicional y ancestral, en el que he podido hacerme un hueco, aunque esté fuertemente marcado por la presencia masculina” (C. Soto, comunicación personal, 28 de julio 2019).
Carmen reitera desde los medios, las redes o sus propias charlas no solo la falta de presencia femenina en su oficio, sino el porqué de esta. De manera constante, hace hincapié cómo desde los propios colegios y educación no se contempla y enseña la posibilidad de que una niña se vea a sí misma camionera, agricultora, obrera o pescadora. En otras palabras, cómo no se fomenta lo suficiente a que las niñas puedan entender cómo realmente son capaces y pueden reclamar espacios laborales en sectores considerados más duros físicamente o vinculados en su generalidad a los hombres.
A todo ello, afirma que hay un añadido a tener en cuenta en el oficio de la pesca, y es que si no provienes de una familia pescadora ni siquiera se contempla esta opción como un empleo viable. Algo, que tal y como se ha visto, no tiene por qué tener que ver, pues ella sin vinculación ninguna encontró su vocación en alta mar.
Ahora bien, esta tendencia tan masculinizada de la pesca se radicaliza más cuando pone sobre la mesa la posibilidad de dedicarte a la pesca como mujer más allá de los trabajos de costa. Unos trabajos que son imprescindibles y de un alto valor. Esto ocurre porque el contemplar un puesto de mando como el de capitana -al igual que ocurre en otros sectores- produce rechazo inmediato. Algo que, sin duda, es plenamente educacional y que no tiene nada que ver con las capacidades innatas de ningún género.
Por ello, la labor divulgativa que hace Carmen dedicando su tiempo a mostrar una realidad casi invisible es de vital importancia. La voluntad que posee para enseñar, mostrar y concienciar a su generación, las venideras y las que nos preceden es una pieza fundamental para promover un cambio real y sacar resultados tangibles de la lucha contra la brecha de género en oficios como el suyo. Al menos, para que las palabras e influencia de Carmen cale en alguna niña a la que le llame la mar tanto como la llamó a ella.
La perspectiva futura de la pesca en Canarias
Pese a los esfuerzos divulgativos y la lucha laboral diaria que realiza, inevitablemente, Carmen ve ante sus ojos un futuro desolador para el sector pesquero en Canarias.
Las explicaciones a ello se hayan en parte por la falta de cohesión entre las diferentes cofradías, federaciones y cooperativa. Una falta de cohesión que viene dada en mayor medida por desigualdades que se imponen desde las administrativas. Y es que, las gestiones pesqueras en las Islas pasan por Madrid, la Unión Europea y a nivel internacional, lo cual pone cada vez más trabas al desarrollo del trabajo, así como a la comercialización de los productos. De esta manera, parece olvidarse una vez más que Canarias es un territorio ultraperiférico donde existe una arraigada pesca artesanal y sostenible de bajo impacto.
Tal y como piensa Carmen Soto Barrera, es por todo ello que se avista delante de nosotras y nosotros un futuro bastante desolador para las generaciones venideras. Sin embargo, se debe depositar la esperanza y la confianza en que la resistencia, lucha y reivindicación que personas como ella hacen día a día pueda llegar a tener sus frutos y no llegue el día en que todo se quede en la memoria de un pueblo que una vez fue pesquero.
Conclusiones
Ojalá algún día no haga falta la lucha. Ojalá algún día las mujeres no tengamos que demostrar lo que valemos más de lo que lo haría un hombre en su posición.
Bibliografía
- Día, Nerea. (15 de febrero de 2022). Carmen Soto: En la pesca, las mujeres “tenemos que demostrar que nos merecemos ese puesto. Efeminista.
- Reiriz, Melanie. (28 de julio de 2019). Carmen Soto: “No hay mujeres a bordo, hay trabajadoras”. Atlántico Hoy.
- Rodríguez, Rosa. (6 de marzo de 2019). La pescadora de las botas violetas. Canarias 7.
- Secretaría General de Pesca. (2022). Mujeres del mar, inspirando vocaciones. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Secretaría General Técnica. Centro de publicaciones.