Clemencia Hardisson, una aristócrata rebelde

A todos nos suena en Tenerife el barrio de Gracia, el Instituto Astrofísico de Canarias o el famoso Museo de las Ciencias y el Cosmos. Lugares muy transitados y conocidos por muchas y muchos de nosotros. ¿Pero sabemos a quién pertenecían estos terrenos antes de ser donados a la comunidad?

Aquí aparece el nombre de Clemencia Hardisson Wouters. Una mujer que esconde tras de sí una historia de vida de lo más intensa. Una vida que parece casi una película de ficción. Una aristócrata que valoraba a las personas, la comunidad y su barrio. Una rebelde vinculada a las fuerzas antifascistas, con grandes amistades que la llevaron a la cárcel y con algunas conexiones aliadas que la sacaron de esta. Una mujer que casi parecía que jugaba a dos bandas, siendo catalogada como posible cooperante de la inteligencia británica.

En definitiva, una vida de contrastes entre la opulencia, la buena educación, la libertad y el reconocimiento, y una vida de lucha, resistencia y represión que la caracterizaba por ser combativa con aquello que no le parecía justo.

Quién es Clemencia Hardisson

Clemencia Hardisson. Diario de avisos
Clemencia Hardisson. Diario de avisos
Clemencia Hardisson Wouters nace en 1908 en La Laguna en el seno de una familia aristócrata franco-belga y muere en el año 2000. Una vida que abarca nada más que 94 años de experiencias y acontecimientos. Casi un siglo que le permitió ser testigo de trascendentales momentos que marcaron definitivamente el curso de la historia, entre las cuales se encuentran la I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial, la Guerra Civil, el franquismo y en última instancia la propia transición y democracia.
 
Como es propio de su origen aristócrata familiar, Clemencia Hardisson gozó de una buena educación y participó a lo largo de su vida en diversos actos del aristocratismo. Entre los actos más destacables en su infancia y juventud podemos resaltar su participación en el festival literario Ángel Guimerá con tan solo 7 años en 1915, la obtención del galardón de la reina de la belleza de la Provincia en 1929 -ahora conocido como miss Tenerife-, o la vez que realizó el saque de honor de un aclamado partido entre el CD Tenerife y el Marino.
 

Ahora bien, pese a que su familia era de naturaleza aristócrata franco-belga y perteneciente a la burguesía comercial de Tenerife -en posesión de una gran cantidad de terrenos y propiedades- se podría decir que era de una mentalidad bastante liberal y contraria al régimen fascista. De hecho, su familia apoyó desde los inicios a la comunidad belga ante la incursión violenta alemana en su país en la I Guerra Mundial. Por lo que no es de extrañar que Clemencia tuviera una posición similar desde temprana edad.

Aunque algunos la denominen y conozcan como la condesa roja, no podemos obviar los privilegios aristócratas y burgueses que poseía, la infinidad de amistad en bandas enemigas y aliadas, con contactos tanto fascistas y franquistas, como comunistas, rojos o republicanos. Lo que sí podemos afirmar, es que sea lícito considerarla la condesa roja o no, siempre utilizó sus contactos y privilegios para el beneficio de una comunidad reprimida, tanto en Tenerife como más allá de la isla y sus fronteras.

Llamando la atención del Régimen franquista

Previamente al golpe de Estado por parte de Francisco Franco, Clemencia ya estaba de una manera u otra vinculada a los círculos intelectuales de izquierda. La noche previa a este, se encontraba en el homenaje a Adolfo Bécquer en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz, un lugar muy transitado por la izquierda tinerfeña como lo fue también el Orfeón de la Paz o el propio Ateneo.

No obstante, fue más adelante cuando se la comenzó a relacionar con figuras contrarias al régimen como el catedrático y ex rector de La Laguna, Maynar, con Guillermo Handech, más conocido como Galán, o con Juan José de Luque. Todos ellos con ideas republicanas, comunistas o incluso anarquistas.

Es a partir de estos momentos cuando comenzó a llamar la atención de las fuerzas del orden fascistas que azoraban ya la isla durante la Guerra Civil. De hecho, fue a partir de los paseos con el ex rector Maynar que comenzó a despertar la inquietud del régimen. Sin embargo, la gota que pudo colmar el vaso fue su conexión con Juan José de Luque, con quien ya mantenía una íntima relación desde 1931.

Juan José de Luque fue un ingeniero anarquista, director de las Junta de Obras del Puerto de Santa Cruz de Tenerife y vinculado al Sindicato de Tabaqueros y la Confederación Nacional de Trabajadores. Cuando este marchó a Barcelona, Clemencia nunca perdió el contacto, sino que incluso se convirtió en difusora de los materiales que Juan José le enviaba desde la Península. Esto llevó a encender las alertas dentro de las autoridades franquistas, lo que terminó en su encarcelamiento como presa política.

Cárcel y libertad

Clemencia Hardisson latadelgofio.blogspot.com
Clemencia Hardisson, imagen de latadelgofio.blogspot.com
Según se desprende de las declaraciones del historiador de la Guerra Civil, Pedro Medina, Clemencia era considerada una persona muy peligrosa. Y de hecho, en las investigaciones posteriores de la historiadora Yanira Hermida, se relata cómo el alto grado de peligrosidad con el que se la define es consecuencia de ser considerada como miembro de la propia Inteligence Service británica.

Ante todas estas sospechas, Clemencia fue llevada presa el 31 de diciembre de 1937 a la prisión ubicada en la calle San Miguel de Tenerife. En dicha cárcel compartirá estancia con más de 150 presas políticas, entre las que se llegó a encontrar Blanca Ascanio, la maestra roja.

Años más tarde fue puesta en libertad, concretamente el 27 de marzo de 1939. Hay creencias ampliamente compartidas de que su puesta en libertad fue motivada por su relación con el primo y biógrafo de Francisco Franco, Franco Salgado-Araujo. Se ha llegado a comentar que pudo haber mantenido una estrecha relación con este desde hacía tiempo. No obstante, no podemos saber a día de hoy si fue por interés, amistad o incluso amor.

Ahora bien, lo que sí podemos saber a ciencia cierta es que una vez liberada se le sometió a arresto domiciliario con vigilancia policial. Una vigilancia que de una manera u otra consiguió saltarse en repetidas ocasiones jugando al pilla-pilla con las autoridades franquistas. En este punto, no es descabellado pensar que quizás fuese su amistad con el primo de Franco, la que la mantuviese alejada de volver a entrar a prisión.

Sin embargo, no duró mucho tiempo en la Isla. El arresto domiciliario en conjunto con la creciente fuerza de la represión la llevó a marchar a Bélgica primero y más tarde a Francia, lugar donde se estaba viviendo por ese entonces la entrada de las tropas alemanas nazis en el país. De hecho, desde 1939 a 1945 trabajó para la Cruz Roja. Y en concreto en el año 40 se alistó a la resistencia francesa, un acto que el General de Gaulle -quien lideró la resistencia y se convirtió en el presidente de la República Francesa- le reconoció otorgándole la insignia de la Legión de Honor en el año 45.

Una mujer dada a su Isla

Clemencia Hardisson, fotografía de gobiernodecanarias.org
Clemencia Hardisson, fotografía de gobiernodecanarias.org
Una vez de vuelta a Tenerife ya nunca más volvió a marcharse, quedándose en la Isla hasta el día de su muerte. A su regreso, después de unas décadas fuera, Clemencia vuelve al lugar que le vio nacer en la década de los sesenta. Es entonces cuando decide vender parte de los terrenos familiares ubicados en el barrio de Gracia. Sin embargo, no solo vendió, sino que decidió donar lotes de tierras enteras a las familias de la comunidad con menos ingresos y recursos.
 
No solo se conformó con la donación de terrenos a la comunidad, sino que mantuvo una labor activa y solidaria para con las personas que habían sido represaliadas. Sus propios recursos y contactos con las altas esferas franquistas aún dominantes en la Isla sirvieron de ayuda, no solo para luchar por insertar de nuevo a los expresos y ayudarles en la búsqueda de empleo, sino para traer de vuelta a los que aún permanecían en prisión.

Sus actos para con la comunidad formularon una muy buena opinión de ella entre los vecinos de Gracia. Unas opiniones y reconocimiento que se mantiene vigente aún en la actualidad. En un artículo del Diario de Avisos (2021) se recogen testimonios como este:
“Era una bellísima persona y casi todos los terrenos en los que vivimos en el barrio fueron regalados por ella a los vecinos, que solo tuvieron que pagar 5 pesetas de aquella época por las escrituras. Creo que toda la gente antigua del barrio, que mucha ya ha fallecido, tiene sus casas gracias a ella” (Susana María Díaz Pérez, presidenta de la Asociación de Mayores de Gracia).

De esta manera, su papel en la sociedad no se limita a su rango de aristócrata, sino que trasciende más allá en la lucha por una justicia ante un Estado que no lo es tanto, dándose a la comunidad desde sus privilegios para intentar paliar las desventajas de muchas otras personas.

Conclusiones

Clemencia pudo ser parte de la Inteligencia Británica, pudo ser encarcelada a raíz de sus amistades cuestionables por un régimen que lo era más, y también pudo tener amistades de entornos criticables a día de hoy. Sin embargo, lo que está claro es que usó sus privilegios desde la bondad y el respeto a un pueblo al que se le estaba faltando.

Por ello, Clemencia Hardisson Wouters no solo es la representación de una mujer de buena cuna, educación y recursos, sino la representación de una mujer rebelde ante un mundo represivo y violento. Pues la peligrosidad con la que llegó a ser sentenciada por un régimen que era incapaz de entender la justicia, es lo que la convirtió no solo en una mujer amada, sino admirada y respetada por la comunidad tinerfeña.

Bibliografía

  • Ascanio, Rubén (26 de mayo de 2019) Clemencia Hardisson, la resistencia hecha vida. El día, p.3.
  • González Pérez, Teresa. (2000). Mujeres republicanas y represión en Canarias (1936-1939). XIV Coloquio de historia canario-americana.
  • Hermida Martín, Yanira. (2012). Mujeres y cambios sociales en la provincia de Santa Cruz de Tenerife 1931-1975. Amas de casa, camaradas y marginadas. (Tesis doctoral).
  • Hermida Martín, Yanira. (2016). Mujeres y represión política: las “rojas” de la prisión provincial de Santa Cruz de Tenerife. XXI Coloquio de Historia Canario-Americana (2014), XXI-053
  • La Laguna homenajea a Clemencia Hardisson. (4 de enero de 2021) Diario de Avisos
  • Medina Sanabria, Pedro. (11 de diciembre de 2008) Clemencia Hardisson, mujer peligrosa. El blog de Pedro Medina Sanabria.