¿Eloína Sánchez aka Reina Omega o viceversa?

Era julio de 2020 cuando por primera vez conocí a Eloína Sánchez. Por aquel entonces era la novia de Laura, una hermana para mí, quien impaciente me la quiso presentar al poco de yo llegar a la Isla. Meses más tarde se había convertido en su mujer, y días más tarde ya la consideraba mi hermana también. Al poco de conocer a Eloína, conocí a Reina Omega en un concierto en el Jóspital. Y no, no es que sean dos personas de las que hablo. Se trata de una misma mujer y artista que a veces se deja invadir por Reina Omega para conquistar el suelo que pisa. Una poeta sincera, escritora, cantautora y rapera en su faceta más conocida. Una poeta que también pinta, compone, filma y hasta te arregla un coche de la unión soviética si quiere.

Y es que, cuando conoces a Eloína, entiendes el por qué de su alter ego Reina Omega. Su origen de barrio y campo se extrapola a su performance y te atraviesa con sus letras combativas, con su poesía sincera y con su cumbia de guateque. Pues a fin de cuentas, Reina Omega es una herramienta artística de empoderamiento a través de la cual se puede llegar a conocer a Eloína Sánchez en profundidad.

Quién es Eloína Sánchez

Reina Omega. Fotografía de Olivia G. Mesa
Reina Omega. Fotografía de Olivia G. Mesa
Eloína Sánchez nace el 2 de octubre de 1993 en Barrio Nuevo, La Laguna. Estudió filología en la Universidad de La Laguna, una formación como lingüista que le ha servido como puente para su profesión de artista. Eloína representa a la poeta, una poeta que tal y como yo la conozco, nace de una poesía de entraña visceral y lenguaje exquisito.
 
Eloína es una mujer sencilla, de campo y barrio, humilde, de clase trabajadora, artista soñadora y amante de la vida y de su tierra. Ella representa a la poeta que escribe sus versos y compone sus propias canciones con la guitarra. De hecho, Eloína en su viva imagen es la que se muestra en carne viva en cada recital que hace.
 
Eloína es la hija, hermana, amiga, amante, esposa y mujer que concibe el arte como oxígeno y sustento vital, como filosofía de vida. Una mujer de una sensibilidad extraordinaria y de una creatividad sin límites que consigue plasmarla en cada expresión artística.

Quién es Reina Omega

Eloína Sánchez
Reina Omega, fotografía de Luz Sosa
Por otro lado, Reina Omega nace con Eloína Sánchez y va cobrando vida a lo largo de su carrera como artista.
 
Reina Omega es aquella que ves en los conciertos y se lanza con la gente a cantar Vamos Muchacha a pie de pista. Es la que rapea desgarrándose la garganta y hace que te pares en seco para intentar comprender esas letras complejas que te interpelan sin saber cómo ni por qué. En suma, se podría decir que Reina Omega es aquella artista altiva, de charanga y combate, de poesía y garra, de rap y cumbia, de diva y Flow de barrio.
 
Y es que, como ya se ha venido advirtiendo, Eloína Sánchez y Reina Omega para quien las conozca son una misma persona aunque se manifiesten de diferente manera según la performance que desarrolle. De hecho, ella misma la entiende como su propia ventana al ego, como su propio aka. En definitiva, como el personaje que le permite mirarse tras el espejo y conectar con su personalidad más profunda.

El barrio como pertenencia

Su origen de barrio se extrapola a su personalidad en un marco que oscila entre la humildad -una humildad que muchas veces se camuflada en el complejo de inferioridad que arrastra la barriada- y una garra natural. Una garra desmedida que casa con la métrica cuidada en un combo explosivo que resulta ser la Reina Omega armando jarana en la tarima. De esa pertenencia al barrio muchas veces proviene la gasolina en su puesta en escena. Es por ello que es tan importante resaltar el barrio como un foco protagonista en su desarrollo como persona y artista.

Pese a que el barrio te pueda llegar a hacer creer que no eres merecedora ni capaz de crecer fuera de ahí, te llega a atrapar en su burbuja muchas veces tóxica. De la misma manera, Eloína también resalta que como mujer el barrio te dota de una fuerza natural de incalculable valor.

Ella misma define el barrio como una barbarie machista de abandono y dolor. No obstante, resalta que pese a haber tenido la oportunidad de tener una buena educación lo que realmente le ha hecho crecer como persona y artista ha sido el estar pasando el día en la calle, viviendo y compartiendo experiencia con las personas que también viven en él.

El arte como cura

Eloína entiende el arte como la cura. Hace hincapié en que se puede definir de muchas maneras pero que realmente lo que resulta ser en realidad en todas sus expresiones es una búsqueda del autoconocimiento. De conocer lo propio y lo del otro. Y esto no solo para poder después plasmar la belleza, sino la propia monstruosidad.

Eloína nunca pensó en que era artista, porque simple y llanamente el arte para ella suponía desde siempre una necesidad y una herramienta para poder expresarse desde ahí. Era su forma de poder ser. Ella misma se cuestiona en una de sus canciones, Visiones, que «quizás la poeta se refugia en las ruinas de un amor ficticio, o (por otro lado) es la responsable de hacer del amor su oficio».

Ahora bien, podemos decir que su faceta artística abarca un amplio abanico de actividades. De hecho aunque sea más conocida por rapear y por su poesía, Eloína Sánchez aka Reina Omega es una mujer todoterreno multidisciplinar a día de hoy con un libro entre manos y una obra audiovisual en proceso.

Proyectos y reconocimiento de Reina Omega

rapera canaria
Logo Reina Omega
Como poeta ha ganado varios Poetry Slam Canarias. Además, tuvo la oportunidad de participar en el Poerty Slam celebrado en el Reina Sofía de Madrid a través de la plataforma Poetry Slam Sur y escaparate de poesía.
 
Ahora bien, como Reina Omega ha participado en diversos festivales con su música, como por ejemplo: el Boreal, el Hidrosfera, el festival Erre que Erre o el Ropa Vieja, además de actuar en diferentes clubes, fiestas o eventos. En ellos se ha podido siempre escuchar y disfrutar su primer disco: Sánscrito. Un disco que ha supuesto un antes y un después en su carrera musical, llevando a la creación del segundo: Rakya Priya, el cual verá la luz próximamente.
 
Entre otras apariciones destacadas, cabe decir que ha ido como representante del ecofeminismo en Canarias con la canción de Luz Divina. Y de manera más reciente la hemos podido disfrutar en el último Congreso de Feminismo y Lesbianismo organizado por el Instituto Canario de Igualdad. Sin embargo, su participación engloba una amplia lista de proyectos y actividades, bien en solitario o en colaboración con otros artistas, como es el caso del nuevo proyecto en marcha con Tata Zirga: Si no es Juana.
 
No obstante, muchas veces los lugares en los que se pueda participar o a los que te inviten, los proyectos que tienes entre manos o el alcance no se traduce en un reconocimiento real en términos monetarios y más cuándo nos enmarcamos dentro de la comunidad artística. Una comunidad que se caracteriza muchas veces por la falta de derechos, los bajos e injustos salarios y el menosprecio hacia este tipo de profesiones relegadas a meras actividades contemplativas.
 

Ella misma denuncia que le gustaría que se valorase más su trabajo y que los artistas no pasaran miserias, pagándose a tiempo y en la cantidad adecuada. No obstante, siempre trata de quedarse con que las personas que la escuchan puedan llegar a entender el mensaje que va detrás. Pues aunque no pretenda que el arte se haga eterno, si desea que trascienda, llegue y deje huella de la manera más pura posible.

Sin embargo, pese a esto, le siguen saliendo bolos y oportunidades. Unas oportunidades que nunca se ha dejado de currar desde que tiene uso de razón. De hecho, aún nos queda mucho por escuchar y comprender de Reina Omega.

De Sánscrito a Rakta Priya

Reina Omega
Reina Omega, fotografía de Olivia G. Mesa
Entre sus obras más señaladas y de la que ha surgido gran parte de su reconocimiento se encuentra su primer disco Sánscrito. Un primer disco que vaticina casi sin saberlo el segundo aún por publicar: Rakta Priya.

De hecho, Vamos Muchacha -la última canción del primer disco- es un guiño sin saberlo a lo que iba a ser y actualmente es una expresión más auténtica de Reina Omega. Una representación de ella misma más desvinculada de la introspección y más centrada en la expansión del ego como reclamo. Una externalización necesaria del ego que se caracteriza por la parte más de charanga y combate.

En Sánscrito se ve reflejado una reflexión sobre el lenguaje consecuente a sus estudios de carrera, pero más allá lo que prevalece es una búsqueda de la voz interior dentro del rap alejado de las temáticas yanquis, patriarcales y machistas. Este disco está más ligado a la parte espiritual y a la tendencia del crecimiento individual y colectivo al mismo tiempo, con una serie de guiños a la mitología hindú que sigue bien de cerca.

Este disco acaba con Vamos Muchacha, su canción más sonada a día de hoy. Se trata de una electrocumbia vacilona que realmente marca bien el tránsito del primer al segundo disco en cuanto a ritmos y temas. Y es que, mientras el primero se caracteriza por ritmos más sosegados y letras que nacen desde la introspección y la espiritualidad, el segundo es una alegoría al goce del autodescubrimiento, resultado de una búsqueda con afirmaciones asentadas en una charanga combativa.

En este segundo disco podremos encontrar bases bastante más electrónicas con un contenido más político creado desde la precariedad y la falta de herramientas y posibilidades que muchas veces tenemos en Canarias. Rakta Priya -que significa “la que disfruta con la sangre de los demonios”- nos hará levantarnos de la silla con sus bases y despertar con sus letras.

Conclusiones

Entonces, ¿se trata de Eloína Sánchez aka Reina Omega o viceversa?

A fin de cuentas podríamos decir que Eloína Sánchez es aquella cabeza que va a mil revoluciones y un cuerpo que la persigue. Un corazón de poesía, pena, alegría, lucha y amor. Una artista de salitre y cardones. Una artista que entiende el arte como cura, como ventana para liberar monstruos y permitirte ser, permitirte ser aquella monstruosidad que a veces tememos, y que muchas veces necesitamos.

Algo que a través de Reina Omega y de sus letras, ritmos, discursos y puestas en escena podemos ser cómplices. Tan cómplices que nos permite emocionarnos con sus palabras y bailar con sus ritmos.

Escuchar a Reina Omega

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