Josefina Cruz Jurado: Vocación y Humanidad

Cuando aparece con su bata blanca y sus tacones altos, la sonrisa ilumina los rostros de los pacientes que están recibiendo tratamiento de quimioterapia. En una mesita, bandejas de bizcochos, galletas, caramelos, bombones. Ella coge alguno mientras se dirige a todos —la mayoría mujeres— con palabras de aliento. Es JOSEFINA CRUZ JURADO, una oncóloga a la que conocí mientras trataba a mi madre y más tarde, a una de mis hijas.

Aparte del agradecimiento que siento hacia ella, creo, sinceramente, que merece tener un lugar entre las Mujeres Canarias, pues es aquí donde fundó su proyecto vital y profesional.

Elegir un lugar

Pienso que cada quien es del lugar que elige para vivir. Ese espacio donde trabaja, sueña, proyecta, ama. Un lugar que sabe de sus esperanzas, sus alegrías, y también de sus tristezas y de sus ausencias. Y digo todo esto porque Josefina Cruz, médica especialista en Oncología Médica, nacida en Barcelona en 1967, hija de emigrantes procedentes de Jaén, eligió Tenerife para asentar su vida, tanto personal como profesional, desde 1997.

De ahí que ella misma diga “nuestra isla”, al referirse a los trabajos de investigación que desempeña junto a otros colaboradores, en su lucha permanente contra el cáncer.

Por qué la Medicina

Buscando los motivos por los que una persona, en un determinado momento de su vida decide ser médico o médica, una profesión que para mí tiene que ser vocacional —o debería serlo— me encontré con un texto de Luis Feria que, en su libro Dinde, donde el poeta recupera su niñez, habla, precisamente de La Vocación, y dice, entre otras cosas: «Con la atardecida de los días de verano se aguzaba nuestra vocación. Cuando el sol ya se vencía dejando más deslucidas las cosas, aliviadas de su peso luminoso, nuestra inquietud se nos hacía acuciante…»
No sé si Josefina Cruz sintió desde pequeña esa inquietud acuciante de la que habla el poeta, pero lo que ella misma asegura es que, desde que tenía uso de razón quería ser médica, y no recuerda querer otra cosa.

«Bueno, me encantaba bailar y cantar, pero nunca pensé dedicarme a ello» puntualiza.

Tal vez en esta afición por el canto y el baile influya su ascendencia andaluza. Pero dejémonos de tópicos, aunque la música, el cantar y bailar, como expresión de un deseo, como liberadora de las cargas diarias no tiene que estar reñida con una profesión científica y de cuidados. Al contrario, pienso que se complementa.

Y siguiendo con lo de la vocación, buscando por internet encontré un artículo en la que se hablaba de esa especie de “llamada” y ponía en boca del doctor Marañón que la vocación es: «la voz que nos llama hacia la profesión y ejercicio de una determinada actividad»; y que la vocación médica exige «espíritu de sacrificio y aptitudes especificas y su estrecha alianza con la investigación científica.» Afirmaba también que vocación significa «servir» al objeto de la misma, lo que en el caso de la medicina se debería entender como voluntad inequívoca de servir al enfermo y a la sociedad.

Más adelante leí que el cardiólogo Valentí Fuster considera que la vocación puede ser entendida como una «motivación profunda que sólo es posible de manera individual». Hay otras opiniones sobre la vocación, pero creo que bastan estas para definir la de la médica que hoy nos ocupa.

Por qué la Oncología

Está claro que lo de la doctora Cruz es vocacional, pero me preguntaba el porqué escogió la Oncología, una especialidad tan dura y llena de momentos difíciles, tanto para el paciente y su familia como para el médico. Según ella aclara, el caso es que, fiel a su vocación, estudió Medicina y Cirugía en la Universidad Central de Barcelona y, haciendo unas prácticas de oncología en el Hospital Clínico de esa ciudad, «me enamoré de la especialidad de tal forma que no tenía otra alternativa que quisiera hacer….Fue un flechazo.»

De este modo, en 1991 obtiene la Licenciatura en Medicina y Cirugía, entre 1993 y 1996 es Médica Interna Residente en Oncología Médica en el Hospital Sant Pau de Barcelona, y en 1996 obtiene el título de Médica especialista en Oncología Médica. Ya, desde 1994, pertenecía a la SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica).

Otro flechazo para Josefina Cruz Jurado: la Isla

Tras acabar la residencia en el Hospital Sant Pau, una de sus compañeras, Marta Llanos, natural de Tenerife, regresa a su isla natal y, desde allí, le ofrece trabajar en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). A Josefina le pareció una aventura y, como persona inquieta que gusta de nuevas experiencias y de conocer nuevos lugares y nuevas gentes, no lo pensó dos veces y se vino a la isla. Y la aventura pronto se convierte en querencia por el lugar y sus habitantes.

Empieza a trabajar en el equipo de Oncología del Hospital Universitario de Canarias que, en aquellos momentos, tenía como director al doctor Norberto Batista, y con él inicia la formación del Equipo de Oncología del HUC lo que le permite introducirse en la investigación clínica, para ofrecer alternativas de nuevos fármacos que ayuden a luchar contra la enfermedad.

De esta manera, desde mayo de 1997, solo cinco meses después de acabar su especialización en Oncología Médica, se instala en Tenerife y convierte a la isla en su hogar. Poco después llegará su novio con el que se casa y tiene tres hijos y, para completar la familia, sus padres fijan también aquí su residencia.

El trabajo como investigadora de Josefina Cruz Jurado

«En mi trabajo la investigación es continua, para mejorar las posibilidades en una enfermedad tan cruel como es el cáncer.» Sostiene la doctora Cruz. Prueba de ello son sus numerosas participaciones en congresos nacionales e internacionales y las numerosas publicaciones en revistas científicas de todo el mundo, sobre todo en lo que compete a sus estudios y resultados de sus investigaciones sobre el cáncer de mama y los sarcomas.

En un artículo publicado por Diario de Avisos se dice:

Un equipo liderado por la doctora Josefina Cruz Jurado, del Hospital Universitario de Canarias (HUC), está participando en la investigación de varios tratamientos revolucionarios para el cáncer de mama que acercan un poco más la posibilidad de cronificar este tipo de patología. Estos medicamentos han sido fruto de la colaboración investigadora desde hace 25 años.

Junto a otros grupos de investigadores nacionales e internacionales, los doctores Norberto Batista (recientemente jubilado) y Josefina Cruz han trabajado, junto a su equipo, en diversos estudios y ensayos clínicos de innovadoras moléculas que acercan un poco más la posibilidad de cronificar esta enfermedad, ya que duplican el tiempo que transcurre entre que una paciente es operada hasta que pueda volver a recaer.

Además, pertenece a la Sociedad Europea de Oncología Médica desde 1999, y a la Sociedad Americana de Oncología, desde el año 2000. Por otro lado, en el año 2003, fue nombrada Colaboradora Docente en la Universidad de La Laguna. También pertenece al Grupo Español de Investigación del cáncer de mama, siendo miembro de su junta directiva desde el año 2019, y al Grupo Español de Investigación en Sarcomas y a SOLTI, un grupo de referencia en oncología, a nivel nacional e internacional.

Lo cierto es que durante estos últimos años se han hecho grandes avances y descubrimientos de nuevos tratamientos y fármacos que ayudan, si no a la curación —que también— a la cronificación del cáncer, sobre todo en lo que respecta al cáncer de mama. Y todo esto ha sido gracias al arduo trabajo de investigadores e investigadoras como Josefina Cruz, a la que no la vence el desaliento.

El trabajo de Josefina Cruz Jurado con los pacientes

Como dije al principio de este artículo, el trabajo y la dedicación que Josefina Cruz Jurado tiene con sus pacientes constituye una parte muy importante en el tratamiento, por su motivación y la tranquilidad y ánimo que les infunde. Ella sabe muy bien lo dura y cruel que puede ser una enfermedad como el cáncer que, desgraciadamente se llevó a su marido.
Aun así, o tal vez por esa misma aciaga circunstancia, la doctora Cruz no ceja en su empeño por la investigación, ni en llevar a sus pacientes —aunque sin ocultarle nada de su enfermedad— un aliento positivo, tan necesario en esos duros momentos.

Como ella misma dice: «…mi compromiso es, por un lado, no parar de luchar por tener acceso a la investigación para mejorar las alternativas de tratamientos, y por otro, entender al paciente, intentar empatizar con su situación y darle las herramientas para que pueda decidir…» Y no sólo les infunde ánimos, sino que los ayuda a mejorar su calidad de vida, recomendándoles hábitos saludables, algo que es tan necesario para quien sufre cualquier tipo de enfermedad. Tal vez más en el caso del cáncer.

Imagino que será muy gratificante salvar la vida de muchas personas, devolverles la alegría de vivir, contemplar sus rostros y escuchar sus palabras llenas de agradecimiento, pero también debe ser muy doloroso perderlas, a pesar de los esfuerzos. Y Josefina Cruz, como ya hemos visto, vivió estas circunstancias por partida doble. Por eso creo que una especialidad como la Oncología, está hecha para espíritus fuertes, lo que no les quita ni un ápice de sensibilidad, algo que nuestra médica posee en grado sumo, así como un optimismo que contagia.

En una entrevista que recientemente les hizo Ana Igartiburu a Josefina Cruz y a su colega Meritxell Bellet que trabaja en Barcelona, la doctora Cruz, después de hablar de los diferentes tipos de cáncer de mama, y de la importancia del conocimiento del propio cuerpo, para detectar cualquier palpación anómala y acudir lo más pronto posible a una consulta, reiteró que cada paciente es diferente en su enfermedad y la forma de afrontarla, de ahí que deba tener un seguimiento personalizado.

También aseguró que los avances que se han llevado a cabo en los fármacos contra el cáncer de mama ha sido gracias a la colaboración de pacientes, que no han dudado en ofrecerse para que se ensaye, tanto en ellas como en ellos, los recientes descubrimientos en esta materia, a los que reiteró las gracias.

Por otro lado, como si se dirigiera a sus pacientes, al afirmar que hay quienes no se atreven a llamarla porque piensan que después de estar todo el día en el hospital, pueden molestar su descanso si lo hacen, ella les aseguró que es médica durante las veinticuatro horas del día, y por eso siempre está dispuesta a atender cualquier llamada, en cualquier momento.

Para concluir

Al margen del impresionante currículo, del que he puesto sólo una parte, hay que destacar en la Doctora Cruz Jurado un aspecto que yo aseguraría que es casi tan importante como sus descubrimientos y logros médicos: su gran humanidad, su trato tan cercano con sus pacientes; ese saberse poner en su lugar, el comprender sus miedos y sus angustias. De luchar, sin descanso por su bienestar, de tal manera que todos saben que ella siempre está ahí.