El tiempo marca el ritmo de las cosas. La magia hace el resto. En el año 1998 me encontré con Pino Ojeda por primera vez. La historia de la literatura escrita en Canarias o fuera de las islas, pero hecha por mujeres, tuvo un reconocimiento especial ese año. Los días del 1 al 4 de octubre se reunieron en Lanzarote 45 mujeres, entre las que había poetas, teóricas y críticas literarias. El objetivo de esos encuentros era unir las voces poéticas de mujeres que se expresaban en las diferentes lenguas de la península y de las islas, así como el tratamiento teórico de distintos temas como el sujeto poético o la revisión de la tradición y del canon. El encuentro se cerró con las intervenciones de la catedrática de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Yolanda Arencibia y la investigadora Blanca Hernández que dieron, respectivamente, una visión de la poesía canaria escrita por mujeres en el siglo XIX y sobre las poetas canarias del siglo XX. Como colofón, se rindió homenaje a Pino Ojeda y Pino Betancort, decanas de la poesía canaria, con una conferencia a cargo del especialista Jesús Páez que culminó con una lectura en la voz de las homenajeadas.
Pino Ojeda: ejemplo de nuestra historia literaria
Primera y última vez junto a Pino Ojeda
En esa mágica finca se inicia probablemente su pasión por las ciencias ocultas, la astrología, la parapsicología, el control mental, la grafología, la quiromancia, y todo lo que pudiera ser un intento de adivinación del pasado, el futuro o el presente de la humanidad. De sus mágicas predicciones se escapó la propia autora. Ella nunca adivinó hasta donde llegaría su obra, su imaginación deslumbrante, su ingenio y su amor por la vida y por las cosas de la vida. Nunca supo hasta dónde la llevaría una mirada intuitiva, inteligente y sensible hasta la extenuación como era la suya. Como pintora expuso en Canarias, en la península y en el extranjero y fue galardonada con dos premios nacionales. Según la opinión de prestigiosos críticos, la obra de Pino Ojeda se considera como de “estilo original, mágica creadora de sueños…”. Nina Kandinsky definió su obra como de “Suprarrealismo mágico”. La magia de su arte se extiende de una manera natural sobre todo lo que crea y lo que crea Pino Ojeda a lo hora de hacer literatura es de nuevo pura magia. Como poeta inicia su andadura con Niebla de sueño, editado en 1947. La muerte de su esposo durante la guerra civil española es el tema con el que arranca su poesía, motor principal de su inspiración. Le seguirán Como el fruto en el árbol, La Piedra sobre la Colina, El Alba en la espalda, títulos que van apareciendo a lo largo de su vida hasta culminar con El salmo del Rocío, que obtuvo el premio mundial “Fernando Rielo “de Poesía Mística. Como novelista nos llega Con el paraíso al fondo y como dramaturga con El río no vuelve atrás. En 1952, en Las Palmas de Gran Canaria, funda y dirige la revista de poesía “Alisio”, una decisión muy importante destinada a crear un vínculo que uniera a toda la poesía española y del mundo entero.
Ella es un todo: poesía, narrativa y pintura
Su obra abarca temas diferentes y diferentes ámbitos. Escribe poesía con una cierta sombra de melancolía. Su mundo es el de la nostalgia y con ella los recuerdos se agolpan en cada poema. El amor y la desesperanza están en cada uno de sus versos. Y si escribe cuentos es capaz de presentarse ante nosotros con una serie de historias que dejan al lector completamente aturdido porque va desde el realismo al surrealismo sin saltarse una coma con la naturalidad más sorprendente. Sin fisuras, con la franqueza que la caracteriza. Sin miedo a desnudarse y narrarnos lo que lleva dentro y necesita expresar. No hay concesiones en Pino Ojeda. Escribe como es y por esa razón es capaz de saltar de un mundo a otro y de un argumento a otro con la ligereza que la caracterizaba en los poemarios. De la alegría, al dolor; de la contemplación a la acción; de los sueños, a la realidad del momento. Sin titubeos, sin concesiones. Y si hablamos de su faceta como escultora y pintora, tendríamos que detenernos y comenzar de nuevo a intentar explicar de dónde proceden sus lienzos, su forma especial de mirar el mundo y de explicarlo a través de ellos, su capacidad para expresar el mundo que la rodea con tanta fuerza y tanta pasión.
Esa era su magia. La misma que nos consiguió transmitir a través de su obra. Ella es un todo y no podemos hablar de su poesía y no hablar de su narrativa o de sus pinturas. El tiempo de Pino Ojeda, su mundo especial y distinto, la magia inventada por ella y transmitida en su poesía, en sus cuadros y en todo lo que salió de sus manos y de su corazón, ha llegado a nosotros y ahora podemos celebrarlo como ella merece.
Elsa López
Isla de La Palma. Noviembre 2022
Aquí dejamos la película ‘La habitación del fondo’, un docudrama homenaje a Pino Ojeda. Esta película está dirigida por el nieto de la artista, Domingo Doreste, y recrea la vida de la artista desde su infancia en el barrio de El Palmar.